sábado, 28 de marzo de 2009

360 KILÓMETROS CUADRADOS DE CONFLICTO

(Escrito riginalmente en el mes de octubre de 2007)
Cuarenta kilómetros de largo. 360 kilómetros cuadrados de área. Más de cien años de lucha territorial. Hace un mes este pequeño territorio, que comparativamente no tiene ni la mitad del área del departamento de Antioquia, fue declarado “Territorio Hostil” por parte del gobierno israelí. Los más afectados son, obviamente, los pobladores que desde su nacimiento han vivido rodeados por un conflicto que parece no terminará jamás.

La declaración de “Territorio Hostil” se hizo hace poco más de un mes, el 19 de septiembre, como medida de seguridad contra los frecuentes ataques del grupo extremista islámico Hamas contra el territorio israelí, lo que ha detenido una vez mas los cercamientos entre la Autoridad Nacional Palestina y el gobierno israelí en cabeza de su primer ministro Ehmud Olmert, quienes han buscado la creación de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza.

Hamas
Este grupo, nacido en 1988 y cuyo nombre significa Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, o Movimiento de Resistencia Islámico, tiene como objeto el establecimiento de un estado Palestino con capital en Jerusalén. Para lograr este objetivo, Hamas cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos, que abarcan desde la educación cultural y religiosa a los jóvenes, la asistencia social a los palestinos más necesitados, la representación en las instituciones democráticas palestinas a través de la lista Cambio y Reforma, que obtuvo mayoría absoluta en las elecciones del año pasado, hasta las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam, brazo armado de Hamas que mantiene la lucha armada contra el estado de Israel, al que considera ilegítimo.

Los atentados indiscriminados (contra objetivos tanto militares como políticos y civiles) de este brazo armado del Movimiento Hamas han sido ampliamente condenados alrededor del mundo y han ocasionado que sea declarada como Organización terrorista por la Unión Europea, los Estados Unidos, Israel, Japón, Canadá y Australia. Hamas no reconoce la legitimidad del Estado de Israel, ni acepta la resolución que la Asamblea General de las Naciones Unidas propuso el 29 de noviembre de 1947 mediante la cual se establecía la partipación de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Su posición es radical y no aceptan ningún tipo de conciliación, tanto así que su carta de fundación, artículo 7, reza: "No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: '¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!’"

Judíos
Los judíos, a lo largo de la historia, han sido vistos como las grades víctimas, y tanto para la ONU como para otros países merecen tener un estado propio, allí en ese lugar que ellos llaman Sion. Que tanto desde la perspectiva histórica como religiosa puede habitar. No les pertenece, pues los árabes también han estado allí.

El holocausto inicia con Hitler, que desde sus épocas como miembro del partido nacionalsocialista veía a los judíos como los causantes de la caída de Alemania, al ser, según el, quienes se habían quedado con el dinero de su amada nación. Así pues, lleno de un odio antisemita, inició el Holocausto, cuyo número de víctimas sigue incierto, aunque casi todos los historiadores coinciden en siete millones. Luego de la segunda guerra mundial, del holocausto, los Judíos fueron vistos como las mayores víctimas de la historia, por lo que la ONU les concede, sin consentimiento de los Árabes Palestinos, ese pedazo de tierra conocido como Palestina. Los palestinos por supuesto no estuvieron de acuerdo, obviamente. La ONU, según ellos no podía disponer de un territorio que no le pertenecía. Además de que los palestinos siempre vieron la llegada masiva de judíos, que se inició al principio mismo del siglo XX, como una amenaza, puesto que los judíos al llegar con dinero, compraban tierras tradicionalmente árabes, lo que no les hizo mucha gracia a éstos últimos.

Pero el movimiento sionista, iniciado a principios del siglo XX por Theodor Herzl, periodista y escritor judío, hizo caso omiso de las protestas de los árabes, puesto que aún estaban guiados por la premisa inicial de la creación de un Estado Israelí en Palestina, es decir, en un territorio que ellos consideran sagrado por ser la “tierra prometida”, y por ser allí donde se fundó el judaísmo.

Guerra de los Seis Días y conflicto actual
Solo un día después de la proclamación de un estado Palestino, la Liga Árabe (conformada por Egipto, Irak, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Jordania) decide declarar la guerra al pueblo judío, hecho que tomaría forma en mayo de 1948. Pese a todo, la idea del estado Israelí seguía en marcha, y en 1967, luego de la Guerra de los Seis Días, el ejército israelí no solo consiguió defender sus fronteras de la Liga Árabe, sino que además invadió la península del Sinaí, y se hizo con el control no solo de Cisjordania, sino también de Jerusalén, (la ciudad más sagrada del mundo para las religiones dominantes judaísmo, islamismo y cristianismo), haciéndole creer a la Liga Árabe que tenía el control, y atacando luego cuando ésta menos se lo esperaba.

En un despliegue militar que solo puede definirse como, Israel, con una fuerza de 264.000 soldados y 197 aviones de guerra; derrota a la Liga Árabe, que contaba con 280.000 soldados y 812 aviones de guerra; con un saldo de solo 779 muertos israelíes según cifras oficiales, contra un estimado de 21.000 muertos de la L.A.. Dice Sun Tzu en El Arte de la Guerra que hay que atacar cuando el enemigo no lo espere, si el comandante es prudente hay que hacerlo engreír. Eso fue exactamente lo que hizo Israel.

Y las cosas estuvieron relativamente calmadas hasta la llegada de Hamas, que a finales de los 90 comenzó con atentados contra los israelíes, pero que a partir de 1994 empezó una campaña de atentados terroristas suicidas con una frecuencia sin precedentes. Hasta ahora, han sido pocos los días en los que no ha habido atentados suicidas, sin contar los días del Ramadán. Hamas justifica estos hechos afirmando que el ejército israelí encarcela y ataca a sus hombres. Y por el otro lado, Israel considera que las acciones terroristas de Hamas fueron cada vez mas frecuentes.

Así pues, este conflicto no parece tener fin, y la declaración de la franja de Gaza como territorio hostil parece alejar aún más la posibilidad de un estado palestino. El próximo paso a dar es el corte de los servicios de electricidad por parte de Israel, lo que sería un duro golpe no solo para Hamas, sino también para la población civil, que desde hace mas de cien años es la mas perjudicada, como en todos los conflictos en al Tierra. Lo que pasará con este conflicto en el futuro, y lo que ocurrirá en estos 360 kilómetros cuadrados de Gaza, solo Dios y Alá lo saben.

EL PASEO LARGO EN LA SELVA

Eliecer* es un hombre de 43 años, alto, gordito, ojos claros, y que siempre está sonriendo. Siempre. Cuando está en su trabajo como administrador de una finca ganadera, cuando está de paseo, en su casa, incluso cuando maneja. La sonrisa y el cigarrillo son sus dos constantes. Nadie creería que estuvo secuestrado durante 14 meses por un frente de las FARC en el Caquetá. El tema lo evita, nunca lo menciona, ni el ni ninguno de sus amigos. Esto fue lo que le ocurrió, tal y como él lo ve desde el hoy, casi 13 años después.

Jonathan: ¿Cuando te secuestraron, cuantos años tenías, que hacías?
Eliecer: Eso fue en junio del 96. Yo ya trabajaba como administrador de dos fincas porcícolas y lecheras, fui a pasar vacaciones a una finca del tío, en El Doncello, Caquetá. Esta zona pues estaba complicadita, pero normalmente ellos daban pues… vacuna, o sea que se suponía que no había ningún problema. En esos momentos era una zona con un grupo de las FARC, pero hubo un tiempo en que uno pensaba que a la gente que daba vacuna no la jodían. Yo estaba paseando con el primo, cuando llegaron ellos a la finca, pues lo citaron, pero se suponía que era para su cuota. Cuando llegaron, pues lo citaron primero a él y de una vez preguntaron que quienes había ahí, yo estaba paseando y dijeron “venga con él, acompáñenos”.

Fuimos al supuesto campamento que era mucho mas adentro de la finca, donde nos estaba esperando, ya ahí pues como que le exigieron al primo más plata, pero le dijeron que los tenía que acompañar, entonces nos dejaron al primo y a mí allá. Eso fue largo, nos dejaron un tiempo, después empezaron a tener comunicaciones con mi tío y el otro primo porque son dos hermanos, yo pensé que yo… “fuera guayabera” (risas), pero pues como que dedujeron que era mayor la presión si me dejaban con el. Como los cuchos estaban tan viejitos, aquí no le avisaron a ellos sino a mis hermanos, ellos estaban en la finca de nosotros acá en Antioquia.

J: ¿Y cómo lo recibió tu familia?
E: La cosa nunca se pensó que fuera a ser tan larga, entonces a los viejos les dijeron que era que me había tenido que ir, que me habían mandado de la oficina a Estado Unidos a hacer una vuelta, que estaba demorado. Y empieza a pasar el tiempo y afortunadamente, unos viejitos muy viejos y muy sanos, preguntaban ‘que porque no llama, que porque no escribe…’ esas son informaciones que tengo es de la gente de los compañeros, amigos que empezaban a llamar a preguntar por mi, entonces creo que mi hermana fue la que le comentó a Juan David, a mi jefe, porque el empezó a llamar también, porque eran unas vacaciones y a preguntar qué pasaba, para que no fuera a alertar a mi mamá, tan viejita sufriendo del corazón y todo, que iba ella a esperar eso…

J: ¿Cómo fue el inicio de “la estadía”?
E: De todas maneras las cosas fueron transcurriendo, allá era una situación como muy diferente, no nos ponían a caminar con ellos seguido, solamente en un principio, hablemos por ahí de un mes, mes y medio, porque uno en cierto momento va perdiendo la noción del tiempo. Es un desespero, una incertidumbre tan verraca porque es que vos no estás teniendo control ni de tu vida ni de tus actos, estas dependiendo de otra persona totalmente, que vos no conocés, que no sabés quién es.

Entonces en cierto momento nos entregaron fue como a una gente que aparentemente son campesinos, yo me imagino que no son campesinos sino gente que les pagan para que estén cuidando secuestrados. A mi me tenían ahí, con mi primo, un tiempo. Nos tenían juntos, nunca encadenados pero ¿para donde putas va a arrancar uno? Pa’ ningún lado, pues uno no tiene para donde irse… era un bohío, donde estábamos encerrados, una pieza, no pues que salga corriendo, pero si una cosa que donde uno sea una persona… que se quisiera volar pues… aquí lo ve uno así, podía haberlo hecho, pero uno allá todo lo ve imposible, o sea, porque baja como… las expectativas. Entonces resulto de que llegaron a un acuerdo, se dio una plata, eso fue por allá en octubre.

J: ¿Cuánta?
E:
Pues ellos empezaron a pedir mucha plata pero a lo último eso se bajó a 100 millones de pesos.

J: ¿Cómo fue ese proceso?
E:
Resulta que en octubre listo, se hizo la negociación, mi hermana Cielo se puso al frente de esto, entonces ella viajo, llevó la plata, y se supone que a nosotros nos entregaban en octubre, pues se hizo el canje, la entrega del dinero, que ella no lo hizo personalmente, sino el otro primo que estaba organizando, y resulta que en esas ocurrió una cosa aquí, como una toma, una cosa que pasó en Las Delicias donde mataron una cantidad de soldados, y eso se perratió completamente. En ese momento a mi me separaron del primo, se llevaron al primo y yo quedé solo. Ahí si dije yo “bueno, aquí si quedó Gustavo” ¿yo qué? Yo una persona adinerada no soy. Mi familia tampoco, pues la familia, mi casa, gente trabajadora toda pero en ningún momento pues hacendados, no… Entonces me separan de mi primo y yo pensé que eran que lo habían soltado a el, y Gustavo se quedó.

En todo caso a el se lo llevaron pa’ otra parte por un tiempo, y luego lo volvieron a llevar donde mi, resulta que con esa plata que se dio entonces pasó eso de Las Delicias y no se qué se dio como unos cambios de comandante o no se qué güevonadas, y al tiempo pidieron mas plata, y pues… la familia de mi tío tenía cierto dinero pero tampoco vamos a decir que son los mas ricos de una zona, gente trabajadora también que han sido campesinos, ganaderos, que han conseguido su plata trabajando, pero no para estar disponiendo de cantidades de plata pues así que venga déme 50, déme 100, déme 200 millones, es que no los tienen, pues eso es mientras que “venga que venda allá el ganado, que hipoteque allí que haga tal cosa”, y todo muy por debajo porque es que donde en un momento dado lleguen y denuncien el secuestro les congelan cuentas les congelan todo, entonces era callado, y el otro problema pues era aquí pues estar ocultando que yo estaba secuestrado, a los viejos. Como se volvió a hacer eso pues ahí si le toco a la gente de la casa meterse la mano al bolsillo, en todo caso eso pasaron hasta agosto del otro año, o sea 14 meses. El hecho es que las negociaciones se hicieron… que yo pueda decir muy bien que se hizo… No.

J: ¿Y después de volver, como fue?
E:
A ver... casi sin hacer un pacto, con nadie en la familia, siempre el tema se desechó completamente, el tema… es como un estigma, un karma, como un tabú, eso no se habla, es mas, nunca se comenta el tema, si se menciona es “ve tus vacaciones largas, el paseo largo”, pero así que “ve que es que el día, es que yo lloré que yo hice esto…” no. El tema fue abolido completamente, nunca se toca, eso fue hace casi 13 años y yo el tema siempre le rehuyo, no me gusta. No porque me de nostalgia, no… yo creo que las cosas desagradables uno las tiene que quitar, se vivieron, si claro, se vivió, se estuvo, pero nunca para uno tomarle miedo a la vida sino al contrario, seguir uno como mas… mas “sin miedo” (risas).

Inclusive cuando yo salí, arranqué nuevamente en el trabajo y me tocaba arrancar para la costa, que estaba muy complicada la carretera de la costa, pues que eso cada rato retén que se llevaron a 4 que se llevaron a 5, y no se porque mi actitud fue antes… desafiante: “no es que yo me voy, yo me voy en carro. ‘Que no te vas de noche’ me decían” yo salía a las 6 de la tarde, porque como que ah… en mi concepto, antes fue como decir eso no es tan miedoso, pues si vos que no tenés nada que ver te llevaron entonces cualquier momento te puede pasar, entonces no seás pendejo. Esa fue la actitud. Y como te digo no fue como hacer un acuerdo con nadie, sin decir nada, todos nos callamos.

También pienso que todo fue alrededor de los viejos, de no hablar del tema porque se podía escapar una mala frase o una cosa y pues los viejos son muy susceptibles y en cualquier momento pillan eso, ahora mi papá fue toda la vida una persona de campo, iba a la finca, esa zona estaba un poquito complicada, o estaba empezándose a complicar en esos momentos y le hubiéramos quitado las idas a la finca a él por miedo, además mi mamá era una persona que le tenía pánico a eso, es mas le decían que pasaba algo en el pueblo y se enfermaba y se venía, se enfermaba de verdad de los nervios (risas); entonces yo creo que eso fue más como el estigma de nunca hablar de eso. Es mas en estos momentos pues si ves a estos nuevos niños de la nueva generación de la casa, realmente ellos no saben nada, si les hablás de eso, ellos van a abrir los ojos, porque el tema nunca se habla.

J: Y tus papás nunca supieron.
E:
Nada, ellos murieron sin saber. Y murieron a los muchos años, porque mi papá murió hace siete años y mi mamá seis. Nunca se les dijo. Ahora que ellos fueran güevones toda la vida, no. Si les parecía raro que no llamara no escribiera yo… Pero como te digo afortunadamente eran personas de muy avanzada edad entonces no eran muy… sagaces en las cosas.

J: ¿Los del grupo y los cuidadores los trataban bien?
E:
Decir que nos dijeran cosas como “te vamos a matar, te vas a morir”, no. El contacto real que tuve con el grupo fue muy poco, porque nos entregaron a esta gente, y las pocas veces que hubo contacto si alcanza uno a percibir algo. Yo soy egresado de la Universidad de Antioquia, hice bachillerato en el Liceo Antioqueño, donde uno siempre ha tenido mentalidad abierta, contacto no directo con los grupos pero si con las ideologías, de izquierda, de derecha, y esta gente no tenía realmente una ideología, esta gente la había perdido totalmente, sobre todo esta gente rasa, no se si por su ignorancia pero no eran gente que tuviera una ideología marxista-leninista… sino que decían cosas como que “Ah si la finca de este señor la van a repartir pa’ todos…”

Yo creo que no hay peor cosa que la ignorancia, y estas personas eran ignorantes. Ahora que medio tuvieran algo de conocimientos, de pronto hablar uno con uno de los comandantes, pero uno no llegaba a un contacto directo con ellos, entonces eso se vuelve, para mi, una delincuencia común, en cierto momento, porque es que no hay una ideología, es un ir sin rumbo. Ahora, que pasa, yo creo que nosotros fuimos de las primeras personas que empezaron a demorar un secuestro tanto tiempo, porque antes se hablaba de un secuestro de 20 días, un mes, y ahora hablamos que hay gente secuestrada de cinco años, o más. Yo la verdad no entiendo porque un secuestro tanto tiempo. Cuando volví todo el mundo se aterraba “14 meses, es que a nadie”, y miras que ahora es uno, dos, tres, cinco años…

J: Cuando te llevaron a donde los cuidadores, ¿como era ese bohío? ¿Cómo vivías, que comías, donde dormías?
E:
hablamos de bohío en la zona selvática pero muy hacia los bosques, una casa como de tablas con techo de paja, cerca de un pocito, un estanque. Hacinados no estábamos, yo creo que la estrategia era repartir la gente, secuestraban bastante y los repartían de pronto por temor a un rescate masivo o algo así. La comida, arroz, mal hecho, (risas). Cuando estábamos muy de buenas nos daban sardina. Decir que nos tuvieron comiendo carne de mico y eso, no. Era un plátano, arroz, el único enlatado era pues la sardina y carne no llevaban allá, por eso digo que no comí carne de mico (risas). Era comida mala, pero decente. Yo volví flaquísimo. Dormíamos sobre unas tablas. El cambuche era como unas tablas. El piso era en tierra, entonces ponen cuatro palos altos y unas tablas, pero no dormimos en el suelo, si hubiera tocado tocaría, pero yo me muero del miedo de una culebra (risas). Eso digamos que es un cambuche, como decir una cama fijada al piso y sin colchón, sino esterillas y costales. Nos dejaban hablar entre nosotros pero no con la gente que nos cuidaba. Nosotros, claro que hablábamos, todo un santo día, toda una santa noche.

J: De pronto un trauma…
E
: Yo voy a todas partes, pero a la única parte que no he querido volver es allá, porque la finca la conservan, y yo conservo el contacto con mis primos, pero ellos ya no están allá, se volvieron para el Valle, ellos son vallunos. Mi “trauma” de pronto es que ya no creo dependencia de nadie. Con ellos, hablamos, nos hemos encontrado en Cali, ellos han venido acá. A mi no me pasó como a mucha gente que tienen que hacer terapia y no se qué… No se si es mi forma de ser o que, pero yo soy muy dado a la realidad, y a aceptar las cosas que están pasando en el momento y no quedarse en el pasado. Hoy me tocó esto, listo vivamos esto. Yo creo que lo único real es el hoy, el pasado pues ya se vivió y el futuro no sabemos si va a llegar. No me asusta en absoluto el hecho de trabajar en el campo, y trabajo allí en San Pedro, prácticamente en el pueblo; y me voy para la otra finca en Planeta Rica que si es más lejos, muy lejos del pueblo. Y yo amanezco allá solo sin ningún temor.

Y no hay que quedarse en el pasado, si vos te quedás patinando sobre lo mismo nunca vas a salir de eso, es como si vas a un restaurante y te comés un plato maluco, no volvés y listo, no te quedás ensayando todos los días a ver si va a ser mejor o preguntando la receta y hablando sobre él, no, no volvés y ya. Yo lo tomo así. Nunca estuve de ir donde un psicólogo (risas) no. Eso va en la fortaleza de cada persona, yo no voy a decir que soy Supermán, pero me considero una persona que frente a estas cosas no soy digamos fuerte sino realista, si uno es realista, ahí va sobreviviendo.

*Nombre cambiado.

SAN PEDRO NOS DA LA LECHE

San Pedro. El de las llaves del cielo. El Apóstol favorito de Jesús. La piedra sobre la que se edificó la iglesia. Y además, el pueblo que nos da la leche. Fue fundado en 1757, en medio el frío de las montañas antioqueñas, mas concretamente en un ramal de la cordillera central que parte desde Caldas en un territorio antiguamente poblado por los indígenas Nutabes, y al siguiente año se crea su parroquia, consagrada a San Pedro Apóstol. En 1774 se manifiesta (dicen) el señor Jesucristo en la estatua de San Pedro, a través de un crucifijo que recibió el nombre del Señor de los Milagros, de ahí el nombre de San Pedro de los Milagros. En 1813 se erige municipio.

Para llegar desde Medellín se viaja por la vía a San Pedro, que sale del corregimiento de San Cristóbal. Una carretera en mal estado debido a la inestabilidad del terreno, normalmente poblada de niebla y de ciclistas que salen a hacer deporte. A medida que se viaja se ve la niebla y el cambio de clima es evidente. Localizado al norte del departamento de Antioquia, el frío es la principal característica de este municipio, que limita por el Norte con los municipios de Belmira y Entrerríos, por el Este con el municipio de Donmatías, por el Sur con los municipios de Girardota, Copacabana y Bello y por el Oeste con el municipio de San Jerónimo.

Frío, viento y vacas
Está a una altura de 2475 metros sobre el nivel del mar, lo que le da una temperatura promedio de 14 grados, temperatura ideal para la producción lechera, pues favorece el crecimiento de pastos y es la ideal para el ganado lechero. El viento es protagonista en los campos abiertos del municipio, y pese a que el sol brilla, el frío es constante. Al salir al sol solo un rato se comprende la expresión “quema más que sol de tierra fría”, pues en efecto el sol pega bastante fuerte. Esto, sumado al viento constante, hace que las mejillas de las sampedranas y sampedranos estén quemadas y “coloradas”. Es gente amable y sencilla, que además de la cría de ganado lechero, cría también cerdos. Sin embargo la mayor actividad económica del municipio es la lechería.

Esto tiene una explicación científica. Gustavo López, zootecnista de la finca Dos Quebradas, ubicada en San Pedro, explica que “Las razas productoras de leche, como la Holstein (también llamada frisona) y la Airshire, las mas comunes en nuestro país para la producción lechera, son razas europeas de la división Bos Taurus, que tienen un rango de comfort entre 14 y 21 grados, si están en un clima más caliente no producen leche”.

Dos Quebradas: procesos.
Dos Quebradas es una finca de producción lechera, solo una de las tantas fincas lecheras e la zona, algunas de ellas altamente tecnificadas, que incluso cuentan con visitas guiadas para turistas. Es por esta abundancia de productores que se celebran las fiestas de la leche, este año en su versión XXI, celebradas la tercera semana de julio.

Todos los días, a las tres de la mañana y a las tres de la tarde, las vacas son llevadas a la estación de ordeño. Se reúnen con la calma que las caracteriza, y una a una son llamadas a la estación, por su nombre. “¡Alaska, Alaska!” Grita Rubén Trujillo, mayordomo de la finca. Y Alaska, con sus 800 kilos de peso, entra en la máquina, con paso lento y relajado. Carlos Rodríguez, trabajador de la finca, le esteriliza las ubres y luego le pone la máquina ordeñadora “A ellas no les da rabia, antes les gusta, mire que se quedan ahí tranquilas mascando cuido”, comenta Carlos con una sonrisa.

Mientras ella come concentrado, la máquina extrae hasta 45 litros de leche, que van a dar a un tanque en el que un aspa la revuelve para que no se cuaje. Y el proceso se repite con las otras 90 vacas lecheras que posee la finca. La leche que pasa a ese tanque es pasada posteriormente a un tanque de enfriamiento a la espera de que sea llevado a la planta procesadora de Colanta. Las vacas luego de ser ordeñadas vuelven a sus pastos, hasta la próxima ordeñada. Y esa es la rutina, de las vacas y de los trabajadores, no solo de Dos Quebradas sino de muchas otras fincas lecheras de ese municipio al norte de Medellín, frío y con mucho viento, donde San Pedro nos da la leche.

NUEVE ORGASMOS: UNA TRAGEDIA ENTRE SEXO Y MÚSICA

Título Original: 9 Songs
Título en Español: Nueve Orgasmos
Director: Michael Winterbottom
Protagonistas: Kieran O Brien (Matt), Margo Stilley (Lisa)
Año de Producción: 2004
Formato: 35mm
Fotografía: Marcel Zyskind
Estreno Mundial: 7/22/2005
Casa Productora: Revolution Film
País Productor: Reino Unido
Género: Drama/Romance
Música: Primal Scream, The Dandy Warhols, Franz Ferdinand, Black Rebel Motorcycle Club, Elbow, The Von Bondies y Super F, Michael Nyman.

Con su título engañosamente traducido, “Nueve Orgasmos” puede predisponer al espectador a los relatos de nueve mujeres hablando de sus encuentros sexuales o sus orgasmos más memorables; o quizá nueve hombres, o incluso los encuentros de una pareja desde un punto de vista romántico, con rosas, cena y vino; teniendo en cuenta de que se trata de una producción inglesa, y que este país es reconocido por su supuesto recato y moralismo. Pero no es así.

Todo comienza en un concierto de la banda Black Rebel Motorcicle Club en el reconocido club londinense Brixton Academy, donde Lisa, una estudiante estadounidense de 21 años, y Matt, un glaciólogo ingles, se conocen y se enamoran al parecer a primera vista, y viven juntos durante un año, marcado por conciertos en el club y encuentros sexuales intensos. Todo esto es mostrado a través de los recuerdos de Matt, quien está realizando estudios climáticos en la Antártica; todo grabado con cámaras de mano y sin ayudas de iluminación, para mostrar la naturalidad del ambiente.

La combinación entre estos tres elementos por parte del director es magistral, al correlacionar los momentos más duros de los encuentros sexuales con bandas fuertes como Primal Scream y Super Furry Animals, y los más románticos y melancólicos con Black Rebel Motorcicle Club y el pianista Michael Nyman; y haciendo pequeños incisos en los que el Matt actual comenta un poco acerca de la desolada Antártica. La música, sin embargo, es el verdadero hilo conductor de la historia, revelando, sea previa o posteriormente a los encuentros, los estados de alegría, ímpetu, o desazón, con los vertiginosos riffs de las bandas o los melancólicos acordes del piano de Nyman. A medida que esto transcurre, se desarrolla una relación entre Matt y Lisa, que dura hasta las navidades, momento en el que ella debe regresar a Estados Unidos.

Nueve Orgasmos es una mezcla soberbia entre encuentros sexuales explícitos (duros, muy duros) canciones de Rock ‘N Roll en vivo en el Brixton Academy, e imágenes de la hermosa pero desolada Antártica. Que al final muestra, a través del frío y la perpetua soledad de esta tierra, la profunda desazón de Matt al perder a Lisa. Es, en resumidas cuentas, una historia trágica de amor.

"ME ACOSTUMBRÉ A HACER ROSTROS"

“Pinto retratos porque fue lo que aprendí a hacer”, comenta secamente doña Amparo Zapata; una señora de unos 50 años, morena, de cabello corto y negro; sentada en una pequeña butaca en el lugar donde desde hace tres años hace y vende retratos con su socio Víctor: La Playa con la Oriental.

El punto
Doña Amparo y Victor trabajan desde hace tres años en uno de los cruces mas transitados de la ciudad.El lugar donde se ubica doña Amparo no es un lugar calmado o
silencioso, como se supone que es el lugar de trabajo de un artista, es uno de los cruces con mayor circulación vehicular de la ciudad. “La verdad yo no ando mucho, siempre he vivido aquí en Medellín, y me parece que este sitio es como más descansado para uno poder trabajar, donde circula mucha gente, y bueno, de pronto, por el muro que es el que le ayuda a uno para colocar las muestras.” La idea de tener un local no parece interesarle mucho, pues prefiere sentir a la gente, el ruido de la ciudad. “Pues a ver, un local… La verdad es que yo tampoco he buscado, me pegué aquí de la Playa y parezco como... una pulga ahí pegada del muro (risas). De pronto por el espacio, a mi que me gusta el espacio, porque es muy amplio, los carros no están tan encima ni la gente tampoco, y el muro se nos presta mucho para poner las muestras, y pues, encerrado en un local hay que tener mucha publicidad, en cambio en la calle pues todo mundo lo ve a uno y ya nos conocen, llevamos tres años de estar aquí seguido y siempre vienen.”

Historia y rutinas
Doña Amparo aprendió hace 17 años a hacer los retratos, suspendió casi 12 años, y hace tres años que volvió a
coger el ritmo, instalándose en el cruce la Playa con la Oriental. “A mi me enseñó un pintor de la calle, y eso fue lo que aprendí a hacer. -¿nunca le ha surgido la curiosidad de pintar otras cosas?- No, me acostumbré a hacer rostros, y eso fue a lo que me dediqué.

De lunes a viernes, doña Amparo llega a su lugar de trabajo aproximadamente a las nueve de la mañana, y trabaja hasta las seis de la tarde, y siempre tiene clientes y se le ve trabajando, sea en un retrato particular o en una muestra. “Lo que pasa es que cuando de pronto no tenemos encargos de particulares trabajamos las muestras, como una especie de exposición que se hace aquí siempre. Esas muestras también se venden, unas más que otras: Andrés Escobar el futbolista, Pablo Escobar, Juanes, el retrato del presidente Uribe, el de Galán…”

Espacio público
Espacio público ya no molesta a doña Amparo y Víctor. “Al principio si nos estuvieron molestando mucho, y nosotros por aquí insistiendo e insistiendo pues nos han llegado como a tolerar un poquito, vamos a ver hasta cuando, de todos modos esto se ha vuelto como un medio cultural de La Playa, la gente pasa y habla y mira y opinan, cada quien da su opinión sobre los personajes que hay ahí, se ha vuelto algo como muy... como un espacio de distracción para las personas que pasan”

Avenida La Playa con la Oriental. Congestión, muchos carros, contaminación, tumultos, y retratos. El precio, “Depende de la técnica, en sepia o carboncillo 70.000 pesos; en óleo, 200.000, en pastel 100.000.” Y ahí está, imperturbable, doña Amparo, una señora de gran talento, que prefiere el ruido y el espacio libre de la calle, y que desde hace tres años demuestra que del arte si se puedevivir.

TRES HOMBRES CONTRA LA PACHA MAMA: ASCENSO AL NEVADO DEL RUIZ

(Publicada originalmete en la revista El Caminero N° 5)
A 5.100 metros sobre el nivel del mar falta el oxígeno, el frío se mete hasta los huesos y las piernas se hunden hasta las rodillas en la nieve, tan brillante por el reflejo de la luz del Sol que es obligatorio usar gafas oscuras. La ropa está mojada, y el corazón se quiere salir del pecho. Pero al ver el paisaje desde el volcán Nevado Del Ruiz, y se aprecia el Cráter de La Olleta, el chalet a 4.800 metros, la nieve que se mezcla con las laderas de tierra y roca del volcán y las montañas aledañas. Uno piensa simplemente “Esto lo repito”.

Mis dos compañeros y yo solo podemos tomar fotos del paisaje y afirmar “Valió la pena”. El Nevado del Ruiz es un volcán, tiene una altura de 5.389 metros sobre el nivel del mar, lo que equivale 12 veces a la altura del edificio más alto del mundo, las Torres Petronas en Malasia. La sensación de triunfo nos llena, pues de 24 que llegamos en la buseta a los 4.800 metros, solo nosotros tres conseguimos llegar a lo más alto. Si no subimos los 289 metros que faltaban para la cima fue porque no nos dejaron debido a las condiciones climáticas.

Recomendaciones
Para llegar al Nevado hay que ingresar al parque Nacional Natural los Nevados, que tiene un área de 58.300 hectáreas. Además del Nevado Del Ruiz, también se encuentran allí otros volcanes: el de Santa Isabel (4.950 metros) y el Paramillo de Santa Rosa (4.600 mts.) que permanecen inactivos; el Nevado del Cisne (4.700 mts.) y remata la cadena volcánica el Nevado del Tolima, a 5.200. La entrada al parque es económica, para niños y estudiantes con carnet es a mitad de precio.

En la entrada del parque se nos da, en conjunto con otros turistas, una inducción general en la que se nos explican las generalidades del Parque, como su extensión, los volcanes que contiene, y algo de historia. El guía comenta jocosamente “El parque es un santuario de cóndores, que están declarados en vía de extinción, y que son básicamente aves carroñeras. Entonces si a alguien le pasa algo, lo ponemos por allí donde comen los cóndores…” Todos reímos. Pero sabemos que es un asunto muy serio. Hay que seguir el sendero y no tratar de abrir otros caminos, pues hay grietas ocultas bajo una espesa capa de nieve.

El ascenso no es fácil, y si no se hace caso de las recomendaciones se puede terminar en el fondo de una grieta de hasta 30 metros, en una ladera del Nevado del Ruiz, lo que es casi lo mismo que decir “Adiós mundo cruel”. La profundidad de las grietas, el frío y el hielo pueden convertir un simple descuido en la muerte, según nos explicaría mas tarde, en la cima, uno de los guías. Se recomienda además no consumir chocolates, bebidas hidratantes, bebidas energizantes, ni chupar confites mientras se asciende. Pues según explicó nuestro guía Felipe, “contrario a lo que se cree, estas no dan energía instantánea y solo distraen al cuerpo de la función que debe tener allá arriba mientras se sube, que es la captación de oxígeno. Entonces el cuerpo no sabe si digerir el azúcar y los carbohidratos o respirar, y no hace ninguna de las dos bien”.

Inicia el ascenso
La buseta nos lleva hasta 4.800 metros. Una ventaja de estar en invierno es que hay nieve incluso a esta altura, y a los lados de la carretera. Es un consuelo para aquellos a quienes el soroche no deja subir. El soroche es el mal de montaña, consiste en mareo, debilidad y en algunos casos vómito. “Nadie se ha muerto de soroche, pero si se siente mal avise”, comenta Felipe. Hay un terreno donde parquear los carros y un pequeño chalet donde los que caen en manos del soroche se sientan a descansar y a recuperarse, además el chalet que vende alimentos y presta servicio de baño. El camino hacia arriba es un sendero en tierra, que lentamente desaparece bajo la nieve a medida que asciende. La Bandera de Colombia, a 4.850 metros, es la primera meta.

Comenzamos, no sin antes ponernos un suéter de lana, una chaqueta impermeable, gorro de lana y guantes. Además de las gafas oscuras, preferiblemente aerodinámicas, pues la nieve refleja la luz del sol y lastima los ojos. Felipe nos recalca esta parte “Si no tiene gafas no lo dejo subir, porque una cosa es subir ahogadito recuperándose y otra es joderse los ojos permanentemente”. Luego de abrigarnos bien, comienza el ascenso. 50 metros no es nada, piensa uno. Pero subirlos a esta altitud, con la falta de oxígeno, los convierte en mucho. Las 24 personas de la buseta nos dividimos en grupos. Comenzamos el ascenso un grupo de seis personas.

Con esfuerzo y dos paradas a descansar, llegamos a la bandera. Una compañera se queda en el camino, el asma no la deja. Hay una fila de turistas que quieren tomarse fotos con la bandera. Pasamos de largo. Ya nos tomaremos las fotos cuando bajemos. A mi me da un ataque de locura, quizá por la falta de oxígeno, y decido tomarme una foto sin camisa, con la bandera al fondo, y otra tirado en la nieve. Todos nos reímos de la ocurrencia, que cuando mucho duró 2 minutos. El frío casi quema la piel.

Poniendo metas
Continuamos subiendo, y con lentitud vamos poniéndonos metas. “Hasta el palito que sigue” Comenta Daniel, un joven cartagenero que nos acompaña en la buseta. Los palitos son indicaciones, pequeños letreros en madera que dan información sobre altura, temperatura y otros datos.

Al llegar a 5.000 metros, otros dos compañeros dicen “no doy mas”. Quedamos solo tres: Daniel (un joven proveniente de Cartagena), Jarley y yo. Daniel comenta medio en serio, medio burlón “Que vaina, mi amigo estaba todo entusiasmado, y él ya había subido… ¡Y lo peor es que ésta es la cámara de él!” Los tres nos reímos, lo que nos hace descansar antes de llegar al siguiente “palito”.

Superamos los 5.000 metros. A esta altura ya la medida no es cada palito, sino hasta donde los pulmones y el corazón de cada uno den. Las piernas se hunden hasta las rodillas en la nieve, pues el día anterior hubo nevada. Jarley va adelante, y a la retaguardia va Daniel. Yo en el medio. La niebla va y viene por las laderas, como si quisiera ahuyentarnos. Ofrece una visión majestuosa. Somos solo tres hombres desafiando a la Pacha Mama, (nombre indígena de la Madre Naturaleza, y como la llamara la guía ubicada en el Valle de las Tumbas, 500 metros mas abajo) retando al frío, al viento, al sol, y a la nieve suave que se hunde bajo los pies y nos hace resbalar; armados solo con nuestro abrigo y yo con un bastón de aluminio.

Mientras subimos, bajan de la cima dos soldados del Batallón de Alta Montaña, protegidos del frío solo con bufandas y guantes. Siento un escalofrío. Estos jóvenes no pueden tener más de 25 años. Uno de los factores que ha aumentado el turismo en todo el país es precisamente este, el aumento de la seguridad. En el Parque Nacional Natural de Los Nevados, en los primeros 15 días de enero de este año, hubo 59.455 visitas, un aumento del 18.62% con relación a la misma fecha el año pasado. Los tres sentimos un arranque de patriotismo al ver a estos jóvenes. La foto con ellos es obligatoria.

“No se puede subir más”
Con los dos pares de medias mojadas, el jean mojado hasta las rodillas, el corazón a punto de salirse del pecho, los ojos irritados pese a las gafas por el brillo de la nieve, y los pulmones encogidos, llegamos a los 5.100 metros. El guía, un hombre joven, con barba poblada y cabello al estilo rasta, contempla el horizonte. Nos mira y nos dice amablemente, “muchachos, no se puede subir mas de acá, la nieve está demasiado blanda y puede ser peligroso.”

Miramos hacia abajo. Nos miramos. Sonreímos. Ningún otro compañero de la buseta subió tanto. El guía, como todos los demás guías del parque, lleva una chaqueta naranja brillante. A su lado reposa un morral con implementos y clavados en la nieve, dos bastones de trekking, largas varas de aluminio con punta, que sirven de apoyo para subir y bajar laderas. En su chaqueta lleva un parche que lo identifica como guía. “Nosotros los guías llevamos 14 años acá en el parque, antes era una cosa del Parque pero con las concesiones ahora somos contratados por la Alcaldía de Manizales”. Descansamos un rato, admirando el paisaje. La nieve y la roca se entremezclan formando surcos y figuras. La niebla aparece una vez más, pero se va rápidamente.

Sonrientes comenzamos el descenso, mientras el guía se queda parado sobre una roca, imperturbable, observando el horizonte, como si fuera una especie de Dios de la Montaña. Nosotros cometemos el error de bajar demasiado rápido. Lo que nos demoró aproximadamente tres horas en subir lo bajamos en 20 minutos. El dolor de cabeza y pies, aunque leve, aparece. Sonreímos. La idea era subir, y lo conseguimos. Con expresiones de triunfo llegamos de nuevo a los 4.800 metros, donde nuestros compañeros nos esperan en la buseta. “Llevamos como dos horas esperándolos” Comenta una compañera. Los tres respondemos en coro “5.100 mija, 5.100.”